jueves, 12 de mayo de 2016

Anna Gabriel en el punto de mira


Hace muy pocos días, una diputada de las CUP, Anna Gabriel Sabaté, probablemente una de las cabezas mejor amuebladas del independentismo, concedió una entrevista a un programa de la radio pública de Catalunya llamado El Suplement; la entrevista se emitirá el próximo sábado, pero la emisora filtró un avance, de aproximadamente un minuto, en el que la diputada manifestaba su opinión sobre el modelo familiar que ella consideraba mejor para la sociedad. En él, se puede escuchar a Gabriel expresar opiniones muy similares a las de otros y otras a lo largo de la Historia; en este sentido, podemos remontarnos a los socialistas utópicos, especialmente a Fourier. 


Las reacciones al fragmento de entrevista publicado, que no es toda la entrevista, recalco, dejan en un lugar muy delicado a la prensa. En primer lugar el periódico conservador La Vanguardia, actualmente participado por Silvio Berlusconi a través de Mediaset, que fue el primero en abrir fuego contra la señora Gabriel; después ha seguido un crescendo de descalificaciones y titulares manipulados de numerososo medios, no todos ellos adscritos a la derecha reaccionaria, que han entrado en una suerte de competición consistente en superar la grosería intelectual inmediatamente anterior a la propia. Sin miramientos ni escrúpulos.

Naturalmente, esto solo obedece a la necesidad de aumentar las ventas o suscripciones de unos medios que tienen como misión principal difamar a todo aquel que se muestre crítico con el "statu quo". La aparición de una amenaza tan leve como Podemos, ha bastado para encender todas las alarmas de los que no preveían, ni en la peor de sus pesadillas, un cuestionamiento de sus privilegios.
A este fin sirven con fidelidad centenares de periodistas con contratos precarios, que pueblan unas redacciones españolas que, a su vez, están dirigidas por gerentes que han de dar cuenta de los resultados financieros, mucho antes que de la calidad de la información que sale de las impresoras o cuelgan sus redactores en las redes.

No es necesario decir que los enemigos de la señora Gabriel, los accionistas que exigen elevados dividendos y los defensores a ultranza del sistema, son las mismas personas que también conocemos como "los mercados".

martes, 3 de mayo de 2016

El Atleti, uno di noi.

Quiero que el Atleti gane la Champions. Así. Hay varios motivos: uno de los principales es que Guardiola no es la mejor persona del mundo, mi admiración por él se ciñe a su talento como entrenador; sin duda, es el mejor del mundo en estos momentos. Pero ahora su equipo no es el mío, el que conserva buena parte de las simpatías que me despierta este bellísimo juego en manos y pies de mercenarios desalmados. Tanto el Bayern, como el Madrid o el City, sobre todo este último, son paradigma de la expulsión de los sentimientos y la hegemonía del negocio. 
Además, el Madrid es el equipo antipático por excelencia para cualquiera que, como yo, crea que los buenos luchan en el Séptimo de Caballería y visten de azulgrana, pero que los indios no son malos, simplemente necesitan abrazar la fe verdadera que el Divino Johan nos reveló, enviando una pelota mensajera un 25 de diciembre. Al menos, así recuerdo la historia que me contaron.

El Atleti. Quiero que gane porque va sobrado de corazón y me gusta Simeone, el Cholo es un héroe de la calle, con el sentido justo del desgarro y la emoción del fútbol, aunque sus modales no siempre respondan a los que uno espera en un caballero. Quiero que gane el Atleti porque su afición se lo merece desde 1974. Por último, quiero que gane el Atleti porque Luis, el Sabio de Hortaleza, que también es un héroe de la calle, ya ha reservado silla en una grada de San Siro que nosotros no podemos ver. Al lado del Divino Johan, claro.

Acabo: ¡Qué grande es el Leicester!