Compra compra compra
feliz Navidad
respira come (poco)
compra compra compra
feliz Navidad
respira come (poco)
Compra compra compra
«General, vigile a su hija: ha intentado sentarse sobre mis rodillas cuando yo aún estaba de pie». Phillip Marlowe.
martes, 23 de diciembre de 2014
domingo, 7 de diciembre de 2014
El hombre imaginario- Nicanor Parra
El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios
Todas las tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios
Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario
Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios
Todas las tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios
Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario
Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario
martes, 2 de diciembre de 2014
Los necios y el fútbol (y II)
No siento alegría por la muerte de Francisco Javier Romero, "Jimmy", el seguidor deportivista muerto, ayer domingo, como consecuencia de la agresión que sufrió a manos de seguidores del Atlético de Madrid. Es lo que me pasa con los desconocidos, salvo contadas excepciones. Eso no impide que entienda el dolor de su familia, sus amigos, etc. Pero "Jimmy" no era un ejemplo de nada bueno, ni por su fanatismo absurdo ni por su trayectoria personal, y aquí no entro a valorar las circunstancias que le llevaron a conducirse de determinada manera en la vida.
No acierto a comprender cómo se le ha convertido en una suerte de mártir rojo, caído a manos de los enemigos de la clase obrera. Incluso miembros de algunas fuerzas políticas han organizado actos de homenaje a quien había traficado con drogas, participado en numerosas agresiones a seguidores de otros equipos y había maltratado a sus parejas.
Es un relato falso y absurdo, Romero era un hombre de 43 años que se rodeaba de chavales jóvenes, o muy jóvenes, e impresionables, para que ocultaran sus negocios sucios tras la devoción por un determinado equipo.
Todos están, ahora, preocupados y con firme propósito de enmienda, que se agotará en cuanto el tema abandone la primera página de los medios de comunicación.
Después, otros, en otros equipos, hechos con el mismo molde que Romero, provocarán que todos lamentemos una muerte o una agresión y bajemos la mirada, avergonzados. Hasta un nuevo olvido que ponga a cero la cuenta atrás.
No acierto a comprender cómo se le ha convertido en una suerte de mártir rojo, caído a manos de los enemigos de la clase obrera. Incluso miembros de algunas fuerzas políticas han organizado actos de homenaje a quien había traficado con drogas, participado en numerosas agresiones a seguidores de otros equipos y había maltratado a sus parejas.
Es un relato falso y absurdo, Romero era un hombre de 43 años que se rodeaba de chavales jóvenes, o muy jóvenes, e impresionables, para que ocultaran sus negocios sucios tras la devoción por un determinado equipo.
Todos están, ahora, preocupados y con firme propósito de enmienda, que se agotará en cuanto el tema abandone la primera página de los medios de comunicación.
Después, otros, en otros equipos, hechos con el mismo molde que Romero, provocarán que todos lamentemos una muerte o una agresión y bajemos la mirada, avergonzados. Hasta un nuevo olvido que ponga a cero la cuenta atrás.
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