sábado, 24 de noviembre de 2012

Inspiración

La hoja en blanco no atemoriza a ningún escritor; no saber qué escribir, sí. Y mucho, así que lo mejor es empezar a escribir cualquier cosa que le venga a uno a la cabeza, hasta que lleguen la inspiración o las conjunciones astrales necesarias.
Si una cosa así llegara a sucederme, no dudaría en hablar de ello sin tapujos. Debe resultar muy frustrante, supongo,  para el que sufre un contratiempo de esta naturaleza: querer escribir a toda costa y no ser capaz de ello en absoluto... Cuando hablo de querer me refiero, naturalmente,  a querer como sí le fuese a uno la vida en ello.
Es ese tipo de actitud obsesiva hasta la patología que, personalmente, me resulta desconocida por completo.
Me cago en las musas.