domingo, 4 de septiembre de 2011

Rumble Fish ( Francis Ford Coppola - 1983)


Basada en una novela de Susan Hinton y ambientada en Tulsa, en la segunda mitad de los años cincuenta, Rumble Fish - La ley de la calle, en pintoresca traducción del distribuidor- es un fascinante viaje a la nostalgia de un adolescente, Rusty James - muy buen trabajo de Mat Dillon-, por la época de las bandas en los suburbios industrializados de Estados Unidos y por la figura del hermano mayor - The Motorcycle Boy,  con un Mickey Rourke en su mejor papel- que fue líder de la banda que controlaba el barrio.

Dos meses después de su marcha, The Motorcycle Boy vuelve a Tulsa, cuando Rusty está intentando formar su propia banda. Pero los tiempos han cambiado: la droga hace estragos en la periferia de las ciudades, Estados Unidos ha sufrido dos guerras en muy poco tiempo y se intuye una tercera, las bandas no ayudan a nadie y nadie las quiere cerca de su casa. The Motorcycle Boy vuelve a casa para enseñar las cosas que ha aprendido fuera, a su hermano, con la esperanza de alejarlo de la violencia.

Para explicar de forma paralela la historia, Coppola se ayuda de un recurso metafórico sorprendente y logrado: una pecera con dos peces guerreros de Siam, los dos hermanos. Ellos intentarán salir de la pecera para escapar de su destino, algo que sólo Rusty James conseguirá. Esto es algo que se plasma en otra metáfora, la llegada a la costa del oceáno Pacífico, adquiriendo éste un carácter teleológico en el relato.

La película no abandona nunca un tono onírico, muy cercano a Kurosawa, que Coppola maneja con maestría. Entre las cosas muy destacables: el debut de Mat Dillon y de Nicolas Cage, como amigo del protagonista; la presencia de Sofía Coppola, como hermana pequeña de Rusty y The Motorcycle Boy; el trabajo de Tom Waits como camarero del bar donde se reúne la banda; la presencia de la maravillosa Diane Lane, en el papel de novia despreocupada de Rusty. Punto y aparte merece Dennis Hooper, el padre de los chicos interpretando a un borracho que vive de la beneficencia.
Señalo el acierto de fotografiar a los peces en color - la película homenajea al cine de los cincuenta con una fotografía en blanco y negro maravillosa-. Por último me permito indicar el interés de la banda sonora, de Stewart Coppeland.

Disfruten de esta joya siempre que les sea posible.