martes, 27 de abril de 2010

En el llano

El oso hormiguero se fijó en aquella extraña hormiga que empujaba una pelota de mierda; le acercó su hocico interminable y advirtió que una hormiga más pequeña caminaba al lado de la mayor y su pelota. El instinto venció a la curiosidad y el oso se comió a la hormiga.
El pequeño escarabajo no pudo hacer nada por su madre y comprendió la verdadera naturaleza de la vida.